Los pisos de madera siempre son garantía de calidez y confort. Hoy en día se pueden encontrar acabados para todos los presupuestos y estilos. Desde el parquet natural, al laminado en tonos mates o brillantes. Parquet de pino, roble blanqueado, madera de siroco o jatoba. La carta es interminable… Por eso os hemos preparado esta colección de consejos básicos, que no deberías perder de vista antes de poner o cambiar tu parquet.
1. ¿Dónde lo vas a poner?
Antes de fijarte en colores y efectos satinados o mates, piensa en qué lugar vas a instalar tu nuevo piso de parquet. Las tendencias hablan de pisos muy naturales con acabados rústicos (sin apenas brillo y con lamas más anchas de lo que venía siendo habitual), pero también hay quién elige pensando en la estética de la habitación en la que lo instalará, y su combinación con los muros, techos o hasta las cortinas. La idea es que todo al final vaya en consonancia.
2. ¿Madera natural o laminado?
Es evidente que la madera natural tiene una belleza que pocos laminados pueden imitar, pero también lo es que al tratarse de un elemento vivo, puede darnos muchos problemas si no somos suficientemente cuidadosos con él. Una casa en el campo o un hogar con mascotas, seguramente no sea el lugar más adecuado en el que instalar un piso de parquet natural. Sin embargo un laminado puede ser el perfecto candidato para estos hogares (queda casi igual de bonito, estéticamente parecido, y es mucho más fácil de mantener o limpiar). Si te declinas por el laminado recuerda elegir un modelo resistente.
3. El tipo de madera es fundamental
Los tipos de madera que más se suelen emplear son el pino, fresno, cerezo, haya, jatoba, roble o incluso nogal. Por supuesto cada uno con una dureza y precio bien distinto. Por eso al margen de gustos personales, es fundamental asesorarse bien sobre el material con el que esperamos convivir muchos años. Concienciados con el medio ambiente, cada vez son más los que exigen maderas con certificado ecológico FSC (maderas procedentes de bosques sostenibles). Recuérdalo cuando hables con el proveedor para estar seguros de elegir este tipo de maderas.
4. ¿Se puede poner en el baño?
La teoría clásica dice que no. La humedad del baño y sus vapores no son la mejor medicina para tu espectacular piso de madera. También es verdad que con el auge del estilo nórdico ha crecido la demanda de este tipo de pavimentos en el baño, por eso las marcas se han lanzado a fabricar piezas con un procedimiento de sellado más estanco y superficies antideslizantes. En cualquier caso, siempre nos quedarán los porcelánicos o los vinílicos que tan bien la imitan (mucho más fríos es verdad, pero igual de bonitos y mucho más sufridos).
5. Y en la cocina ¿qué podemos hacer?
Exactamente lo mismo que te hemos comentado para el baño. Si tu cocina es un poco de adorno, y lo máximo que haces es algún desayuno o unas pizzas, adelante con la natural… Pero si en tu cocina se hace una vida normal, y caen manchas como en la mayoría de casas de los mortales, mucho mejor un laminado o vinílico de alta calidad. No son acabados económicos, es la verdad, pero tienes suelo para años en las mejores condiciones. Madera + Hidraúlico ¡Éxito total! ¿Te has fijado en cómo queda?
6. ¿El tamaño, importa?
Por supuesto que sí. Tanto los laminados como el parquet natural se ofrece en muchísimos tamaños. Quizás estás pensando en la lama clásica, pero también hay modelos extremadamente finos, muy largos o hasta cuadrados. Normalmente se aconseja que el tamaño de la lama vaya en consonancia con el de la habitación en la que se va a instalar. Una sala muy grande, nos permite elegir lamas de gran tamaño, mientras que uno más pequeño, quizás se vea mucho más equilibrado con otras más pequeñas. Además puedes elegir lamas con o sin ranura para darle un estilo más moderno, o incluso antiguo o vintage. ¿Sabes que lo último es mezclar tamaños y estilos? Puede ser una opción interesante en cocinas diáfanas, o salones abiertos al pasillo.
7. La forma de instalarlo también cuenta
Y no solo porque puede encarecer la factura final, sino porque puede contribuir a hacer una estancia más grande, pequeña o elegante. Si quieres ensanchar la estancia, pide que lo coloquen de forma perpendicular a la pared, verás como parece crecer (las lamas deberían ir siempre en el sentido de la entrada de luz). En cambio si buscas precio, nada como la forma más habitual, en paralelo. Para sumar estilo pide que te lo coloquen en espiga o espina de pez, dameros, figuras geométricas… Las posibilidades son tantas como imagines.
8. El mantenimiento es primordial
Tanto el piso de madera natural como el laminado quieren poca agua. Eso significa que la fregona cuanto más lejos, mejor. Si se derrama una copa de vino por supuesto que tendrás que fregarlo con un jabón especial con aceite, pero siempre asegurándote de secarlo bien al terminar. Toma buena nota de las recomendaciones del fabricante y haz un mantenimiento regular (con una limpieza a fondo cada 15-20 días, sobra). Los pisos de madera natural se pueden pulir y barnizar tantas veces como el grosor del piso lo permita. Los laminados no, pero siendo previsor y guardando piso de más, en un futuro se puede retirar sin esfuerzo, una o varias lamas deterioradas.
9. Precio y tiempo de instalación
En el caso de la madera natural, algo más, el laminado en un piso de unos 100 metros se va seguro a una semana. En cuanto al precio ten en cuenta que además del piso en cuestión, tendrás que sumar el tipo de instalación, los rodapiés, y el corte de las puertas de paso y la de entrada. Prácticamente del laminado al natural se duplica el precio en la mayoría de los casos (pero tampoco la calidad es la misma). Los laminados casi todos son con sistema clic, así que se pueden usar al instante. Los flotantes también se pueden pisar de inmediato. Los rastreados son algo más laboriosos de instalar aunque ideales cuando se quieren corregir desniveles.
10. Sobre todo busca calidad
Cambiar el piso de una casa no es una cosa que se haga todos los días. Primero por la inversión económica que supone, y segundo porque al final es una obra y como todas lleva un tiempo prudencial dejarlo todo perfecto. Por eso, si estás al fin decidido, valora varios presupuestos, déjate asesorar, y compara no solo precios sino también calidades y garantías. Al fin y al cabo estás ganando en confort pero también revalorizando tu casa, y eso hoy en día con tanta competencia es un punto extra a tu favor.
Fuente: proyectos.habitissimo.com.co